En la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, China anunció que ya no construiría nuevas centrales eléctricas de carbón en el extranjero.
Bajo este compromiso, China exportará en cambio tecnologías de energía verde renovable a países en desarrollo de bajos ingresos.
Esta acción se produce incluso cuando China está luchando contra el alza de los precios del carbón, los cortes de electricidad y los impactos en las industrias manufactureras en casa.
Veamos la estrategia de carbón de China, tanto dentro del país como en el exterior.
Carbón en el Extranjero
China ha estado construyendo infraestructura en otros países a gran escala desde que lanzó la Iniciativa Belt and Road, o BRI, en 2013.
Este programa vierte inversiones en proyectos extranjeros para construir infraestructura física y digital. El BRI es una versión moderna de Silk Road, ya que la infraestructura que se construye, como trenes, carreteras y puertos, conecta a cientos de naciones en Asia, Oriente Medio, África y Europa.
El BRI también financia la infraestructura energética, especialmente las centrales eléctricas de carbón. La construcción de plantas de carbón en los mercados extranjeros es lucrativa para las empresas energéticas chinas. De hecho, en 2015, el 46% de las inversiones energéticas de China se destinaron a proyectos en Bangladesh, Vietnam, Mongolia, Indonesia, Pakistán y algunas naciones africanas y europeas.
Mientras tanto, de vuelta a casa...
Casi el 60% de las necesidades energéticas locales de China provienen del carbón, desde la calefacción hasta la electricidad y la fabricación de acero. El país se encuentra en medio de una gran crisis energética como resultado de varias razones.
China había tomado medidas a principios de este año para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y varias plantas de carbón habían reducido su producción o cerrado. A medida que el mundo comienza a abrirse después de la pandemia, hay un aumento repentino de la demanda de bienes fabricados y exportados por China.
Mientras tanto, una temporada de verano extremadamente calurosa este año en el país había generado una gran demanda de electricidad. Ahora, las fuertes lluvias e inundaciones han cerrado casi 60 plantas de carbón en el país.
Todo esto está elevando el precio del carbón, lo que obliga a las empresas eléctricas a cobrar más por la electricidad. Sin embargo, dado que el precio de la energía está controlado por el gobierno central de China, estas compañías eléctricas están teniendo que recurrir a cortar la electricidad, dejando a muchos residentes en la oscuridad.
El impacto de la escasez de energía en China se está propagando por todo el mundo. Las empresas chinas suministran repuestos para todo, desde iPhones hasta automóviles, además de fabricar juguetes, productos electrónicos, ropa y más.
China ha pedido a las empresas de la región interior de Mongolia que aumenten la producción de carbón en un 30% para abordar la escasez. Este es un desafío a medida que el mundo se prepara para la cumbre climática COP26, donde la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero será una de las principales prioridades de la agenda.
Fuentes: BBC, CFR, NY Times, CNN, Reuters