¿Sabía que cada año la industria naviera transporta 11 mil millones de toneladas de carga o el 90% de los bienes comercializados en el mundo?
Sin embargo, la industria también añade mil millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero a la atmósfera, lo que representa el 3% de las emisiones globales. Esta cifra no hace más que aumentar a medida que aumenta el comercio mundial, y podría aumentar en un 50% si no se controla.
Para resolver el problema, compañías navieras como Cargill y Airseas están liderando el camino en el rediseño de barcos y la reducción de las emisiones de carbono. ¡Descubramos más!
Problemas en la industria naviera
Los buques de carga obtienen su energía quemando fueloil pesado y otros combustibles considerados entre los más sucios de la Tierra.
El combustóleo pesado no sólo produce emisiones de carbono, sino que también libera otros contaminantes del aire como dióxido de azufre, monóxido de nitrógeno y partículas.
Estos contaminantes cuando se exponen a los rayos ultravioleta pueden volverse tóxicos para los humanos y el medio ambiente. También es muy peligroso transportarlo y puede causar graves daños si se derrama.
Sin embargo, reducir las emisiones es complicado en la industria del transporte marítimo, ya que hay muchas partes interesadas involucradas que tienen intereses contrapuestos. Una forma de forzar el cambio es imponer nuevas regulaciones, que es exactamente lo que está haciendo la Unión Europea (UE).
La UE exigirá a los transportistas que paguen por sus emisiones de carbono a partir del próximo año, mientras que la OMI clasificará cada barco en función de la cantidad de CO2 que libera por milla náutica.
El objetivo de la industria naviera es reducir las emisiones en un 50% para 2050. Mientras tanto, empresas como Cargill y Airseas están desarrollando diferentes diseños para ayudar.
¡Usando energía eólica!
Una solución que se propone es colocar alas gigantes de microfibra de vidrio en los barcos. Estas alas capturan los fuertes vientos típicos en medio del océano y pueden plegarse cuando no están en uso. Las alas están equipadas con sensores computarizados que ajustan los flaps según la velocidad y dirección del viento.
El barco alado de Chargill, el Pyxis Ocean, inició su primer viaje asistido por viento en agosto desde China a Brasil. Cada vela de 125 toneladas puede reducir el uso de combustible en 1,5 toneladas por día, lo que se traduce en 4,65 toneladas menos de emisiones de carbono y disminuye el uso de combustible en un 30%.
Otro enfoque implementado por Airseas es una cometa gigante que es capaz de arrastrar el buque de carga. La cometa gigante de Airseas alcanza casi 1000 pies de altura para aprovechar los vientos más fuertes. Cuando no está en uso, se guarda en un tanque de almacenamiento en la proa del barco. Los resultados iniciales muestran que el diseño podría reducir el consumo de combustible en un 40% en algunas rutas.
Aunque estos diseños aún requieren combustible de respaldo, son un gran paso adelante en la dirección correcta y un gran comienzo para reducir la dependencia de combustibles fósiles en la industria naviera. Utilizando propulsión eólica, nuevos combustibles y velocidades reducidas, se estima que el 47% de las emisiones del transporte marítimo podrían reducirse para el 2030.
Fuentes: NPR, NYT, Forbes