Mientras pasa el rato con su familia y amigos en el centro comercial, pasa por delante de una bulliciosa tienda llena de clientes, algunos ya tienen varias perchas en sus manos, otros hojean tranquilamente una colorida variedad de ropa.
Te preguntas de dónde viene toda esta ropa y cómo se produce tan rápido.
La respuesta a ambas preguntas es la moda rápida, un fenómeno que se ha apoderado de la industria de la moda. Desafortunadamente, el costo de esta práctica es alto: algunos problemas incluyen el daño al medio ambiente, la explotación de los derechos de los trabajadores y la producción de ropa de menor calidad.
¿Qué es la moda rápida?
La moda rápida se refiere a la fabricación rápida de prendas para mantenerse al día con lo que es "bonito y moderno" y comercializarlas a bajo costo. La calidad de la ropa se resiente, lo cual, lo creas o no, ¡es el objetivo de la moda rápida!By mass-producing cheap garments, large retail stores earn high profits from a never-ending cycle of individuals purchasing new items to replace garments worn out after just a few wears. Other times, because of how cheap the clothing is, many end up in heaps in the landfill. According to the Columbia Climate School, “less than 1 percent of clothing is recycled to make new clothes.”
Lo que es peor, los trabajadores de las fábricas de ropa a menudo se ven obligados a trabajar en condiciones de explotación, enfrentando condiciones peligrosas e insalubres y un salario que no les permite satisfacer las necesidades básicas de la vida. En muchas de estas fábricas, las leyes laborales se aplican de manera poco estricta y no existen regulaciones con respecto al salario mínimo.
Impacto en el medio ambiente
La moda rápida es el cuarto mayor contribuyente al cambio climático, precedido solo por la alimentación, la vivienda y el transporte, según informa la Agencia Europea de Medio Ambiente. Provoca el 10% de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero y casi el 20% de la contaminación del agua anualmente.
Cuando las empresas tiñen sus telas con químicos tóxicos, el agua sin tratar contamina los canales y pone en peligro la vida acuática. En general, la producción de ropa utiliza 93 mil millones de metros cúbicos de agua cada año, ¡suficiente para satisfacer las necesidades de la vida diaria de 5 millones de personas!
Los tejidos que se utilizan con frecuencia en la industria también dependen en gran medida de los recursos naturales. ¿Sabías que anualmente se talan la friolera de 70 millones de toneladas de árboles para crear pulpa de madera para la producción de materiales como el rayón y la viscosa? Los investigadores predicen que esto se duplicará para 2034 y provocará aún más deforestación si no se toman medidas rápidamente contra la moda rápida.
¿Qué acciones podemos tomar?
La Unión Europea está tomando medidas al responsabilizar a los fabricantes por prendas más duraderas y ecológicas.
Para fomentar una mayor sostenibilidad, algunas empresas están optando por materiales que dependen menos de los recursos, como el bambú en lugar del algodón y otras telas que consumen millones de toneladas de agua cada año. Una empresa incluso ha desarrollado una técnica alternativa para teñir telas, que utiliza CO2 residual en lugar de agua. Los diseñadores están utilizando muestras virtuales en 3D de materiales para eliminar algunas partes del proceso de prueba y error al coser la ropa.
Como consumidores potenciales, nuestros esfuerzos son igualmente esenciales; sabiendo las consecuencias negativas de la moda rápida, estamos llamados a considerar cada compra con más cuidado. Tal vez un par de jeans favoritos o una camiseta se puedan revivir con una reparación rápida. Invertir en una tienda de segunda mano también crea un vestuario de menor impacto.
En última instancia, como consumidores y ciudadanos de la sociedad, debemos darnos cuenta de que la moda rápida es un tema indisolublemente ligado al bienestar de cada individuo y al futuro del planeta. Cuando nos damos cuenta de que cada dólar gastado en una determinada tienda es un voto a favor de su práctica, tenemos el poder de detener la moda rápida en seco.
Fuentes: Guardian, BBC, Princeton Univ, Columbia Univ