Si reside cerca de una costa o en una isla, probablemente esté familiarizado con los huracanes o tifones.
¿Pero sabías que los huracanes y los tifones son esencialmente el mismo fenómeno? Simplemente reciben nombres diferentes según su ubicación: huracanes en el Atlántico norte y tifones en el Pacífico noroeste. En otros lugares se les conoce como ciclones tropicales.
Estas tormentas destructivas se clasifican en la escala de vientos de huracanes de Saffir-Simpson, un sistema que ayuda a las personas a comprender la posible gravedad de las tormentas inminentes.
Algunos científicos sugieren agregar una categoría de mayor rango para enfatizar el poder destructivo de las tormentas extremas. Pero, ¿cuál sería esta categoría? ¿Hay tormentas que encajen en esta categoría? ¡Vamos a averiguar!
¿Cuáles son las categorías de huracanes?
En la década de 1970, Herbert Saffir y Robert Simpson crearon la escala de vientos de huracanes Saffir-Simpson, que consta de cinco categorías de huracanes.
La escala tiene cinco categorías, que van desde la Categoría 1 (vientos de 74 a 95 mph) hasta la Categoría 5 (vientos de más de 157 mph) para advertir a los residentes. Sin embargo, estas categorías sólo se refieren a la velocidad del viento y no tienen en cuenta otros factores como el exceso de precipitación, las mareas o cualquier tormenta derivada. Desafortunadamente, estos factores no medidos, particularmente las marejadas ciclónicas y las inundaciones, ¡a menudo causan más muertes que los fuertes vientos!
Los científicos están considerando introducir una categoría 6 para huracanes con vientos superiores a 192 mph. Hasta ahora, hemos visto cinco huracanes que califican como categoría 6, que incluyen el tifón Haiyan en Filipinas en 2013 (velocidad máxima del viento de 195 mph) y el huracán Patricia de México en 2015 (velocidad máxima del viento de 214 mph).
El debate
Esta idea cuenta con el apoyo de científicos destacados como Michael Werner del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y James Kossin, asesor científico de la First Street Foundation. Werner y Kossin sostienen que ampliar el sistema de categorías ayuda a comunicar mejor el peligro potencial y los daños asociados con tormentas poderosas.
Sostienen que dejar el umbral de categoría limitado a la Categoría 5 es problemático porque “tiende a subestimar el riesgo” del cambio climático. Están utilizando la ciencia para respaldar sus afirmaciones, citando que el aumento de las temperaturas proporciona energía adicional para alimentar huracanes y tifones.
Los críticos, sin embargo, consideran insuficiente centrarse en la velocidad del viento. Sugieren categorías más detalladas, en lugar de otras adicionales. Deirdre Byrne, oceanógrafa de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), sugiere agregar clasificaciones de letras a la Escala de Viento para ayudar a advertir a los residentes sobre los peligros de tormentas secundarias.
También se están tomando otras acciones. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) está actualizando su cono de pronóstico para mostrar hasta dónde podría llegar el peligro de un huracán. Los pronosticadores meteorológicos de la NOAA están llamando la atención sobre las consecuencias de los huracanes, como las cantidades esperadas de lluvia, posibles deslizamientos de tierra y más.
Continúa el debate sobre la mejor manera de clasificar y comunicar los peligros de los ciclones tropicales. Ambas partes están preocupadas por los impactos de estas tormentas. ¡Con suerte, encontrarán una solución que refleje un equilibrio entre ciencia y seguridad pública!
Fuentes: Grist, The Conversation, NPR, NOAA, Washington Post, Red Cross