Hace cuarenta y dos mil años, nuestra Tierra no se parecía en nada a lo que es hoy.
Los vientos solares provocaron deslumbrantes despliegues de luces en los polos de nuestro planeta, tormentas eléctricas arrasaron los continentes y la radiación cósmica llenó la atmósfera, todo gracias a un giro del campo magnético de la Tierra.
Esta inversión del campo magnético de la Tierra desencadenó una "crisis ambiental global" según un estudio de científicos australianos. Los científicos llamaron a este fenómeno climático el "Evento Adams" en honor al autor de ciencia ficción Douglas Adams. Adams escribió sobre la importancia del número 42 en su novela La guía del autoestopista galáctico.
Un campo magnético gigante
El núcleo de nuestra Tierra está hecho de hierro sólido, alrededor del cual hay una capa líquida en remolino de hierro fundido y aleación de níquel. Este hierro líquido que fluye genera una corriente eléctrica, que a su vez crea un campo magnético.
El campo magnético de la Tierra juega un papel muy importante en nuestra vida diaria, protegiéndonos de la radiación solar dañina y guiando nuestras brújulas para encontrar direcciones. También es responsable de las fascinantes auroras boreales que se ven en los polos, producidas cuando las partículas cargadas del Sol interactúan con el campo magnético de la Tierra.
Ahora, al igual que un imán de barra común, la Tierra tiene dos polos magnéticos: el norte magnético y el sur magnético. De hecho, puede pensar en la Tierra como una barra magnética gigante, ligeramente inclinada en un ángulo de unos 10º sobre su eje. Por lo general, los polos magnéticos norte-sur de la Tierra están alineados con los polos geográficos norte-sur.
Sin embargo, a veces el flujo de hierro líquido puede hacer que los polos magnéticos se muevan. A veces, pueden revertirse completamente con el norte magnético cerca del polo sur geográfico. Por lo general, estos giros ocurren durante 200-300 mil años. Pero cuando sucede, deja al planeta expuesto a partículas peligrosas de alta energía del espacio exterior.
La Evidencia
¿Cómo descubrieron los científicos la ocurrencia de una inversión de polos magnéticos? ¡De los árboles, por supuesto!
Para encontrar rastros de la reversión, recurrieron a los antiguos árboles kauri en Nueva Zelanda, algunos de los cuales se han conservado durante más de 40.000 años.
Todos los árboles tienen anillos alternos de luz y oscuridad que representan un año de su crecimiento.
Usando un método llamado datación por radiocarbono, los científicos registraron los niveles de carbono-14 radiactivo en los diferentes anillos de los árboles. Notaron un pico en el carbono radiactivo que ocurre cuando más rayos dañinos del Sol golpean la superficie de la Tierra.
Usando computadoras, los investigadores encontraron que durante el tiempo de la inversión de los polos, la capa protectora de ozono de la Tierra se debilitó significativamente y los niveles de radiación ultravioleta se dispararon en todo el planeta. Este drástico aumento de la radiación podría haber desencadenado eventos como una extinción masiva de animales prehistóricos y la caída de los neandertales, o los primeros humanos.
¿No es sorprendente lo mucho que podemos aprender de un árbol de 42.000 años?
Fuentes: NY Times, CNN, NPR, UNSW.edu, National Geographic