Para la mayoría de nosotros, el acceso al agua potable es un privilegio que a menudo damos por sentado. ¡Solo necesitamos abrir el grifo para saciar nuestra sed!
Sin embargo, en varias partes del mundo, este recurso esencial para el sustento de la vida es escaso. De hecho, en varias regiones de África, la búsqueda de agua dulce mantiene a muchos habitantes despiertos toda la noche.
Además, diecinueve países de África, que albergan a 500 millones de personas, tienen un umbral de seguridad hídrica inferior a 45 en una escala de 1 a 100. La seguridad hídrica se refiere a la capacidad de una sociedad de mantener suficiente agua para llevar a cabo tareas productivas como la agricultura.
Aunque estas cifras ya son asombrosamente bajas, el cambio climático está agravando estas situaciones, principalmente en las zonas empobrecidas. Kenia está experimentando actualmente la peor sequía en décadas y las temporadas de lluvias son cada vez menos efectivas. Incluso en zonas de su capital, Nairobi, donde suele haber agua disponible en abundancia, los ríos están empezando a secarse.
Dado que la desesperación por el agua continúa intensificándose, los ingenieros están adoptando soluciones, ¡una de las cuales es recolectar agua de la niebla!
¡De la nada!
Los investigadores han estado desarrollando métodos para recolectar la humedad de la niebla para el uso diario como si fuera agua de lluvia. La diferencia es que la niebla es simplemente más común que la lluvia. La niebla se forma cuando la tierra libera calor durante la noche. A medida que el suelo se enfría, hace que las moléculas de agua en el aire se condensen.
La recolección de niebla funciona mediante el uso de una malla colgada en el aire. Esta malla se extiende entre dos postes orientados a la dirección general del viento. Dependiendo de la densidad de la niebla en el área, la malla se puede construir en una variedad de capas y materiales diferentes, desde nailon hasta polietileno.
El viento empuja naturalmente la niebla hacia la malla, donde el agua se acumula debido a la cohesión, una propiedad de las moléculas de agua que les da la tendencia a pegarse unas a otras. A medida que las gotas de agua crecen, se canalizan hacia una tubería hasta un tanque de almacenamiento.
Impacto en las vidas
Este concepto no es nuevo: los lugareños de Kenia han utilizado la recolección de niebla durante décadas. La mayoría toma contenedores de almacenamiento reciclados y los coloca debajo de los árboles para recolectar agua de la niebla que se condensa en los árboles por la noche.
Este método, aunque riguroso, puede producir alrededor de 20 galones de agua por árbol, suficiente para las necesidades diarias de una familia. Todo el sistema también requiere poco mantenimiento y no requiere electricidad.
Ahora, con una operación organizada y ampliada, un metro cuadrado de malla puede recolectar hasta 22 litros de agua en un día con niebla. El agua no sólo nutre a las comunidades, sino que también proporciona un recurso estable para las familias para la agricultura y el saneamiento.
El suministro constante de agua también ha permitido a las comunidades evolucionar en formas que van más allá del agua. Los lugareños ya no son víctimas de la ansiedad por el agua ni de la preocupación constante por encontrar agua. Las mujeres de estas comunidades pueden dedicar más tiempo a cuidar de sus hijos en lugar de caminar largas distancias para recoger agua. La infraestructura mejorada también ha abierto oportunidades para que los hombres trabajen en empleos consistentes.
Preocupaciones futuras
Si bien esta solución ha ayudado a muchas comunidades en todo el mundo, desde Perú hasta Portugal, presenta preguntas futuras. Por un lado, estos sistemas funcionan mejor en regiones rurales y áridas de gran elevación. No funcionan en las ciudades por falta de espacio y necesidades de agua.
En segundo lugar, el agua atmosférica sólo constituye el 0,004% del agua dulce que se encuentra en el planeta. Por lo tanto, este sistema sólo puede ampliarse hasta un cierto límite y sólo puede sostener a comunidades pequeñas. Además, el cambio climático también afecta la cantidad de niebla en el clima de una región, por lo que también puede haber un límite en el tiempo que este sistema puede funcionar.
Por estas razones, la recolección de niebla no es la respuesta a largo plazo. Sin embargo, proporciona una solución provisional viable a medida que construimos una infraestructura más permanente para estos problemas.
Fuentes: NPR, Earth.org, Columbia.edu, Newarab.com