La conferencia anual de las Naciones Unidas sobre el clima, conocida informalmente como COP28, concluyó el 13 de diciembre de este año.
La conferencia de diez días se celebró en Dubai, en Oriente Medio, bajo el liderazgo del enviado especial de los Emiratos Árabes Unidos y presidente de la COP28, Sultan al-Jaber. Más de 100.000 delegados asistieron al evento en persona y de forma remota, lo que la convirtió en la COP más grande jamás realizada.
Dado que 2023 iba a ser el año más caluroso de la historia, las expectativas eran altas. El día de la inauguración, Sultan al-Jaber anunció un nuevo fondo climático que ayudará a las regiones devastadas por desastres relacionados con el clima.
Primero, comprendamos las pérdidas y los daños y por qué son tan importantes.
¿Qué son las pérdidas y los daños?
En esencia, el término "pérdidas y daños" se refiere a los impactos que enfrentan los países debido a eventos relacionados con el clima.
Específicamente, las Naciones Unidas se refieren a ello como impactos del cambio climático que se extienden más allá de lo que las personas pueden adaptarse. Estas pérdidas pueden ser tanto económicas como no económicas: pérdida de familiares, destrucción de culturas y perturbaciones en los negocios.
Históricamente, los gobiernos han destinado dinero a reducir las emisiones. Pero nunca se han destinado fondos a rehabilitar zonas que enfrentan tormentas o sequías cada vez más devastadoras. Normalmente, los países más pobres son menos responsables de las emisiones, pero tienen más probabilidades de afrontar impactos nocivos.
El cambio climático provoca pérdidas por más de 500 mil millones de dólares y casi 30 millones de personas caen en la pobreza. Los países más pobres necesitan un proyecto de ley que pueda satisfacer sus necesidades climáticas para permitir el crecimiento económico y ambiental.
¿Qué han decidido los responsables de las políticas?
En 2022, después de casi tres décadas de debate, los países participantes en la COP27 en Egipto acordaron iniciar un fondo. Aunque parecía que el problema se había resuelto definitivamente, los países discutieron sobre las reglas: la ubicación del fondo, quién debería pagar y cuánto debería pagar cada país.
Semanas antes de llegar a Dubái para la COP28, los países llegaron a un acuerdo a corto plazo, pero se esperaba que hubiera más negociaciones y que el acuerdo sólo se concretaría al final de la COP. Sin embargo, el día de la inauguración, se cerró un acuerdo y países como Alemania y los Emiratos Árabes Unidos acordaron inmediatamente aportar más de 100 millones de dólares.
Estados Unidos y el Reino Unido juntos prometieron una cantidad cercana a los 100 millones de dólares, certificando su compromiso con la COP. Si bien algunos expertos en clima vieron esto como un paso alentador, también revelaron preocupaciones acerca de que los países más ricos no ayuden lo suficiente.
El nuevo fondo para pérdidas y daños ha recaudado un total de 650 millones de dólares. Algunas proyecciones afirman que los fondos para los países vulnerables pronto alcanzarán billones de dólares a finales de esta década. Si bien acogió con satisfacción el compromiso de la ONU con la justicia climática, reveló que es necesario hacer mucho más para que las comunidades puedan hacer frente a los impactos climáticos.
Aunque no se ha fijado un objetivo para el fondo, los ambientalistas indicaron que el fondo para pérdidas y daños es un cambio muy necesario en la política climática. Sin embargo, pidieron un "escrutinio minucioso" y "transparencia" para garantizar que el Banco Mundial, anfitrión temporal del fondo, ofrezca fácil acceso a países en desarrollo y comunidades vulnerables.
Fuentes: Al Jazeera, The Guardian, BBC, US Global Leadership Coalition