En Texas se ha estado gestando una controversia sobre cómo se enseña el cambio climático en los libros de texto.
En noviembre del año pasado, la Junta de Educación de Texas votó a favor de rechazar 7 de 12 libros de texto de ciencias para estudiantes de octavo grado. Los miembros de la junta criticaron la forma en que algunos libros de texto describían la industria de los combustibles fósiles. Argumentaron que los libros de texto promovían una visión demasiado negativa de la industria y de los combustibles fósiles en general.
Sin embargo, el cambio climático no ha sido el único tema controvertido para la Junta. La Junta también ha debatido sobre la historia americana y la teoría de la evolución.
Echemos un vistazo más de cerca a por qué estos libros de texto han sido tan controvertidos y qué significará el fallo de la Junta para la educación en el futuro.
El cambio climático en los libros de texto
En 2021, la Junta emitió una serie de nuevas normas para libros de texto. Exigieron que los libros de texto ilustraran cómo las acciones humanas condujeron al cambio climático. Además, el creacionismo, o la creencia cristiana de que Dios creó el universo, no tendría prioridad sobre las lecciones de teoría de la evolución.
Sin embargo, entre bastidores, los razonamientos de la Junta entraron en conflicto con estas normas. A principios de año, la Junta había alentado a las escuelas a centrarse en los aspectos positivos de los combustibles fósiles en los libros de texto de ciencias.
La Junta también sugirió que se enseñe a los estudiantes que el calentamiento global es el resultado de cambios naturales en el clima. Esta descripción es preocupante, ya que arroja dudas sobre cómo el calentamiento se ha visto fuertemente influenciado por las emisiones humanas de carbono.
Además, como estado de petróleo y gas más grande de Estados Unidos, Texas tiene muchos políticos que están personalmente conectados con las industrias de combustibles fósiles. Por ejemplo, cuando se le pidió a un miembro republicano de la junta que justificara su rechazo a ciertos libros de texto, dijo: “La selección de ciertas imágenes puede hacer que las cosas parezcan peores de lo que son, y creo que hubo parcialidad”.
Otros miembros de la junta se hicieron eco de preocupaciones similares. Rechazaron los libros de texto que consideraban demasiado críticos con los combustibles fósiles y desdeñaban las “alternativas” a la evolución. Al final se aprobaron libros de texto de cuatro editoriales. Sin embargo, se pidió a los editores que revisaran el contenido sobre temas como la energía, los combustibles fósiles y la evolución.
Además, destacadas figuras políticas han presionado a la Junta. El comisionado de ferrocarriles, Wayne Christian, es un regulador clave de la industria del petróleo y el gas. Escribió una carta al presidente de la Junta, Kevin Ellis, y expresó su preocupación de que los libros de texto estuvieran enseñando una visión excesivamente radical del ambientalismo.
Impacto en la educación climática
Estas señales son ciertamente preocupantes para la calidad de la educación científica en Texas. El estado sigue siendo uno de los seis en los EE. UU. que aún no ha adoptado los Estándares Científicos de Próxima Generación. Estos estándares incluyen un énfasis en las contribuciones humanas al cambio climático y cómo la reducción de las emisiones de carbono puede mitigar sus efectos.
Sin embargo, el cambio todavía es posible. Por un lado, los editores de libros de texto no pueden desafiar completamente el consenso científico, ya que sus libros de texto se distribuyen en distritos educativos de todo Estados Unidos. Por lo tanto, aunque Texas pueda obligarlos a hacer algunas revisiones, los libros de texto aún tienen que cumplir con los estándares establecidos por otros estados.
Los maestros en Texas y más allá también se están oponiendo a las decisiones de la Junta. La Asociación Nacional de Enseñanza de Ciencias, que cuenta con más de 35.000 educadores, publicó una carta criticando las opiniones políticas de la Junta sobre el cambio climático y la evolución.
Esta cuestión plantea una pregunta importante: ¿Debería la educación verse influenciada por la política y qué impacto tendrá eso en las generaciones futuras? ¿Qué piensas ?
Fuentes: NPR, Guardian, US News, Scientific American, Gizmodo