¿Alguna vez se preguntó qué elimina todo ese calor de su refrigerador? Resulta que los fluidos llamados hidrofluorocarbonos (HFC) están en juego.
Los HFC son sustancias químicas que circulan por los bordes de un refrigerador y absorben el calor. Como resultado, los HFC se evaporan y el vapor resultante se vuelve a condensar en un líquido, completando así el ciclo.
¿Cómo puede ser esto un problema? Los HFC son gases de efecto invernadero, lo que significa que son muy dañinos para nuestro medio ambiente.
En septiembre, el Senado de los Estados Unidos votó para reducir los HFC en un 85 % en 15 años. El acuerdo fue firmado recientemente por el presidente Joe Biden. Echemos un vistazo a lo que son los HFC, los esfuerzos globales para reducir su uso y por qué el Senado tomó un paso tan trascendental.
¿Qué son los HFC?
Los HFC se componen de tres elementos comunes: hidrógeno, flúor y carbono. Se utilizan comúnmente en refrigeración, aire acondicionado y prevención de incendios.
Cuando se producen emisiones de HFC, suelen ser el resultado de un mantenimiento deficiente y fugas ocasionales de elementos que las contienen. Y este letal gas de efecto invernadero atrapa miles de veces más calor que el dióxido de carbono. Sin embargo, su uso continúa creciendo en los EE. UU. Se prevé que los HFC representen entre el 7 % y el 19 % de los gases de efecto invernadero en la atmósfera para 2050.
HFC: no es la solución
Los HFC se introdujeron en la década de 1980 como reemplazo de los refrigerantes químicos llamados CFC o clorofluorocarbonos. Se descubrió que los CFC dañan la capa de ozono en la atmósfera, exponiéndonos a los dañinos rayos ultravioleta del sol.
Los HFC se diseñaron con la esperanza de que fueran menos dañinos para el medio ambiente. Aunque los HFC no agotan la capa de ozono, dañan la atmósfera de una manera diferente. Atrapan el calor del sol en la superficie de la Tierra y evitan que escape al espacio, calentando así la Tierra aún más.
En 1987, los 198 países miembros de la ONU firmaron el Protocolo de Montreal con el objetivo de reducir la producción de sustancias que agotan la capa de ozono (SAO). El protocolo se actualiza cuando la ciencia avanza y ahora se aplica al comercio y uso de HFC.
Reducción drástica: Enmienda de Kigali
En 2016, 170 países acordaron enmendar el Protocolo de Montreal en Kigali, Ruanda (de ahí la llamada Enmienda de Kigali).
La Enmienda de Kigali requiere que los países reduzcan el consumo de HFC en un 80-85 % para 2047, evitando así un aumento de 0,5 ℃ en la temperatura global para el año 2100. Sin embargo, la Enmienda de Kigali no fue ratificada por Estados Unidos hasta este año.
En los últimos dos años, Estados Unidos tomó medidas para reducir el uso de HFC. En diciembre de 2020, el Congreso ratificó la Ley Estadounidense de Innovación y Fabricación (AIM), que permite a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) imponer una reducción de HFC del 85 % durante los próximos 15 años.
Ganar ganar ganar
Con el futuro del clima en juego, el Senado ratificó formalmente la Enmienda de Kigali el 21 de septiembre de 2022, en una votación decisiva de 69 a 27. La eliminación gradual de los HFC une a republicanos y demócratas: es mejor para la economía y el medio ambiente.
El voto beneficia, no solo al clima, sino también a los empleos, la economía y las empresas estadounidenses. Con este acuerdo, las empresas estadounidenses ahora pueden ingresar a los mercados de rápido crecimiento de las alternativas de HFC. Como resultado, los grupos de la industria predicen que los empleos de manufactura en los EE. UU. aumentarán en más de 30 000 en cinco años y que las exportaciones aumentarán en $5 mil millones.
La decisión del Senado es una prueba de que tomar medidas positivas hacia el clima también puede beneficiar a la economía.
Fuentes: NRDC, NPR, AlliancePolicy, UNIDO, UNEP, EPA