¿Sabías que el gobierno de los Estados Unidos ha estado trabajando para combatir el cambio climático desde la década de 1990?
En 1992, el Senado ratificó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, pero no se hizo mucho al respecto hasta este año.
Sin embargo, la reciente aprobación de un nuevo proyecto de ley en el Senado de los Estados Unidos, conocido como Ley de Reducción de la Inflación, da esperanza. El proyecto de ley tiene como objetivo reducir las tasas de emisión en aproximadamente un 40 por ciento para fines de la década y ayudará a acelerar el cambio de los combustibles fósiles a las energías renovables.
La influencia del proyecto de ley
La Ley de Reducción de la Inflación, por primera vez, proporcionará $369 mil millones para todo, desde las energías renovables tradicionales hasta las tecnologías emergentes, para construir una economía limpia.
El proyecto de ley otorga créditos fiscales a los propietarios de viviendas por instalar paneles solares, bombas de calor y estufas eléctricas y por la compra de vehículos eléctricos. Alienta a las empresas a invertir en tecnología de energía limpia, como energía solar, eólica, hidrógeno limpio, baterías para almacenamiento de electricidad, captura de carbono y más.
También invierte miles de millones en la creación de empleos domésticos de fabricación limpia, que van desde la fabricación hasta el transporte. Se prevé que esta ley creará más de 9 millones de puestos de trabajo durante la próxima década, con un promedio de casi 1 millón de puestos de trabajo cada año.
Finalmente, por primera vez, el proyecto de ley aborda la justicia ambiental al asignar fondos para limpiar la contaminación del aire y proyectos de energía limpia en comunidades de bajos ingresos.
Los desafios
A pesar de los miles de millones de dólares, hay desafíos en el camino por delante.
La red eléctrica actual está diseñada para combustibles fósiles con energía generada centralmente y transmitida a hogares y empresas. Sin embargo, con el auge de las granjas solares y eólicas y las granjas solares en los techos, la generación de electricidad ahora está localizada y requiere cambios en las líneas de transmisión de larga distancia y el equipo de distribución.
Dado que la energía solar y eólica son energías renovables, la energía generada debe almacenarse, y esto requiere grandes granjas de baterías, así como nuevas fábricas para construir baterías. Además, el litio, el níquel y otras materias primas clave para las baterías serán difíciles de adquirir en grandes cantidades, más aún porque solo una mina en los EE. UU. produce litio.
El espacio también es motivo de preocupación. Con tanta tierra afectada por la construcción de nuevas fábricas y granjas, obtener la aprobación de este tipo de proyectos puede ser un desafío. Muchos propietarios han expresado su preocupación por los parques eólicos marinos cerca de las pesquerías y las líneas eléctricas que cruzan las tierras de cultivo.
Sin embargo, a pesar de los desafíos que puede enfrentar este proyecto de ley, sigue siendo un sólido primer paso hacia la solución de la crisis del calentamiento global.
Fuentes: NY Times, Scientific American, US White House, Grist