Cuando el mundo entró en acción ...

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Al comenzar la cumbre COP26 en Glasgow, todos los ojos están puestos en los líderes del mundo, quienes pueden redactar nuevos objetivos para las emisiones de carbono y formular planes para financiar a los países en desarrollo.

El cambio climático está a la vanguardia de la agenda global, pero muchos, particularmente los activistas jóvenes, están criticando el ritmo del progreso actual.

Sin embargo, antes del cambio climático, el mundo se ha enfrentado a varios desastres ambientales. Al mirar hacia atrás en estos eventos y lo que los líderes han hecho para combatirlos, podríamos obtener lecciones importantes para hoy.

Un aguacero mortal

En la década de 1970, el mundo fue alertado de un nuevo fenómeno aterrador: la lluvia ácida. Incluso las lloviznas se habían vuelto altamente tóxicas, asfixiando los bosques europeos y diezmando la vida silvestre en los lagos de Canadá y Estados Unidos.

¿La causa? Emisiones de dióxido de azufre (SO2) y óxido de nitrógeno (NOx) de centrales eléctricas de carbón. Estos productos químicos se liberan a la atmósfera, donde son transportados a largas distancias por el viento y las corrientes de aire.

Cuando el SO2 y el NOx reaccionan con el agua y el oxígeno de la atmósfera, forman ácidos sulfúrico y nítrico tóxicos. Estos ácidos forman gotas de nubes, que caen a la tierra en forma de lluvia, nieve o granizo.

En la década de 1980, los científicos investigaron las causas y amenazas que planteaba la lluvia ácida. Los descubrimientos de sus investigaciones dieron lugar a una amplia cobertura mediática y a un llamado a la acción. Esto culminó en acuerdos internacionales para reducir las emisiones contaminantes.

En los EE. UU., Las enmiendas a la Ley de Aire Limpio establecieron un sistema de límites y comercio, que alentó a las industrias a limitar sus emisiones. Desde entonces, ¡las emisiones de dióxido de azufre han disminuido significativamente!

Hoy, la lluvia ácida sigue siendo un problema importante en Asia.

Un agujero sobre la Antártida

En la década de 1980, el mundo se enfrentó a otra amenaza ambiental: un agujero en la capa de ozono.

Los científicos descubrieron que la liberación de gases de efecto invernadero llamados clorofluorocarbonos (CFC) estaba adelgazando rápidamente la capa de ozono sobre la Antártida. Posteriormente, los CFC se utilizaron ampliamente en la fabricación de productos como aerosoles y refrigerantes.

La capa de ozono es una capa protectora en la atmósfera que refleja los dañinos rayos ultravioleta del sol al espacio. Sin embargo, los estudios de investigación encontraron que el agujero de ozono se había expandido para cubrir todo el continente antártico. Esto empeoraría el calentamiento global, aumentaría los riesgos de cáncer de piel y cataratas en las personas y tendría efectos devastadores en los ecosistemas naturales.

En 1987, los líderes mundiales firmaron el Protocolo de Montreal, un acuerdo global que buscaba detener la producción de CFC y reemplazarlos con alternativas que no agoten el ozono.

El agujero de ozono sigue creciendo y reduciéndose y ha mostrado signos de expansión este año. Si el mundo no hubiera actuado, el agujero sería mucho mayor. Este es un recordatorio de que las emisiones como los CFC (al igual que el dióxido de carbono) duran mucho tiempo en la atmósfera.

Combustible peligroso

Desde la década de 1920, los vehículos se alimentaban con gasolina con plomo. La gasolina con plomo es un tipo de gasolina con plomo añadido, lo que ayuda a que se queme de forma más eficiente.

Sin embargo, se ha demostrado que el contenido de plomo de esta gasolina es extremadamente tóxico, contamina el medio ambiente y causa graves problemas de salud en adultos y niños. Durante décadas, científicos y grupos de interés hicieron campaña a favor de la prohibición de la gasolina con plomo. En la década de 1970, las naciones ricas comenzaron a tomar medidas, prohibiendo la fabricación de combustibles tóxicos.

Sin embargo, debido a los costos más altos de producir combustible sin plomo, muchos países en desarrollo todavía usaban gasolina con plomo a principios de la década de 2000. El medio ambiente de las Naciones Unidas

El Programa (PNUMA) reunió a gobiernos, organizaciones e industrias para eliminar el combustible. Este año, Argelia se convirtió en el último país en prohibir la venta de gasolina con plomo.

La contaminación por plomo del combustible con plomo ha tenido impactos duraderos en el medio ambiente, y los contaminantes persisten en el suelo y el agua.

Estas amenazas ambientales, y los esfuerzos globales contra ellas, son lecciones claras a medida que enfrentamos el cambio climático hoy. Sin embargo, a medida que el cambio climático se vuelve cada vez más complicado, nuestros éxitos pasados muestran dónde se pueden alcanzar los nuevos.

Fuentes: BBC, EPA, UNEP, NatGeo. The Conversation