¿Ha conducido por un campo petrolero y ha visto una llama ardiente saliendo de una chimenea alta?
Los campos petrolíferos emiten millones de toneladas de gases de efecto invernadero contaminantes y sustancias químicas cancerígenas en un proceso llamado quema de petróleo y gas.
Estas bengalas pueden no ser tan inofensivas como parecen. Recientemente, el ministro de Medio Ambiente de Irak, Jassem al-Falahi, admitió que la contaminación de los campos de producción de petróleo resultó en un mayor riesgo de cáncer de leucemia en las comunidades locales.
¿Qué es la quema de petróleo?
El petróleo crudo y el gas natural se forman a partir de los restos de plantas y animales marinos que fueron enterrados hace millones de años. En otras palabras, los pozos que contienen petróleo crudo también contienen gas natural.
El gas natural se compone principalmente de metano, un gas de efecto invernadero responsable del calentamiento global y 80 veces más potente que el dióxido de carbono.
La quema se refiere al proceso en el que estos gases se queman en pozos de petróleo y gas. El propósito de quemar gases naturales es convertir el metano en otros compuestos. Sin embargo, la eficiencia de conversión no es muy eficiente, por lo que gran parte del metano permanece intacto.
Los gases quemados liberan diferentes contaminantes, como compuestos orgánicos volátiles, dióxido de carbono, hollín negro de metano y benceno. Estos contaminantes se acumulan en la atmósfera y contribuyen al cambio climático.
También reducen la calidad del aire y ponen en peligro vidas humanas al afectar los sistemas respiratorio, cardiovascular y nervioso. También se sabe que empeoran los problemas de asma en las personas e interfieren con el desarrollo fetal y los nacimientos. La exposición al benceno está particularmente relacionada con trastornos sanguíneos como la leucemia.
Entonces, ¿por qué las compañías petroleras liberan estos gases sabiendo los peligros? Porque los gases no son comercialmente viables y las empresas no están dispuestas a invertir en su captura y transporte.
Problema de justicia ambiental
La quema de petróleo también plantea el problema de la injusticia ambiental, ya que las bengalas tienden a encenderse cerca de comunidades empobrecidas y minoritarias.
El problema no es solo común en el Medio Oriente. De hecho, más de 500,000 estadounidenses residen dentro de las 3 millas de las bengalas, la mayoría de ellos negros o indígenas. Estas comunidades a menudo carecen de la atención médica y la defensa necesarias para desafiar las prácticas dañinas de las grandes corporaciones.
Muchos expertos argumentan que la regulación es necesaria para reducir las llamaradas de petróleo y garantizar que los gases se reutilicen para generar energía. De hecho, la cantidad de gases naturales que se queman anualmente en todo el mundo podría alimentar a toda la región subsahariana del continente africano.
En Irak, el gobierno está considerando imponer multas y presentar demandas para disuadir a las empresas de dañar el medio ambiente. Además, las regulaciones estrictas que alientan a las empresas a capturar y vender el exceso de gases podrían ayudar a los países a generar energía y reducir las emisiones. Las compañías petroleras también podrían tomar la iniciativa de construir infraestructura para capturar, almacenar y vender el exceso de gas a los mercados, o incluso reinyectar gas en el suelo.
A medida que aprendemos más sobre el cambio climático y las fuentes del problema, es vital abordar las prácticas insostenibles que representan un riesgo para nuestro planeta y para nuestra salud y calidad de vida.
Fuentes: BBC, World Bank, USC