Lecciones de Suecia sobre sostenibilidad

Nov 5, 2024 By Kaavya A, Translated by Dra. Rosita Puig Diaz
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Un debate habitual contra el desarrollo sostenible es que la acción climática atrofiará la economía.

Suecia está demostrando que este argumento es erróneo, mostrando que la sostenibilidad y el crecimiento económico no son mutuamente excluyentes y pueden crecer en conjunto.

Para alcanzar el "cero neto" en 2045, los países deben reducir sus emisiones en un 85%, en comparación con 1990. Suecia ha logrado una reducción del 80% desde 1990, asegurando su lugar como el segundo país más sostenible del mundo después de Finlandia.

Y, sin embargo, la economía de Suecia ha estado creciendo de manera constante desde 1970 y ocupa el sexto lugar en el Informe de Clasificación de Competitividad Mundial del IMD.

Entonces, ¿cómo logró Suecia tales avances en el desarrollo sostenible?

El país reconoció la importancia de reducir los combustibles fósiles desde el principio y la necesidad de equilibrar los aspectos sociales, económicos y políticos de la sostenibilidad en sus acciones climáticas. Lo más importante es que la sostenibilidad es una prioridad para el país en todos los aspectos, desde la energía hasta la vivienda, con un fuerte compromiso y asociación entre su gobierno, las empresas, la gente y las diversas partes interesadas.

Política

Suecia ha adoptado un agresivo impuesto al carbono como parte de la reforma fiscal. Un impuesto al carbono es una tasa sobre el carbono para incentivar a las empresas a reducir sus emisiones y encontrar alternativas renovables.

La tasa impositiva ha aumentado de manera constante desde la década de 1990 y actualmente cubre el 40% de las emisiones de carbono de Suecia. En lugar de enfrentar una reacción negativa, el impuesto al carbono fue aceptado por el público sueco. Mientras tanto, la nación mantuvo un crecimiento estable e incluso puede haber experimentado una mejora económica, ya que había reducido otros impuestos para tener en cuenta el nuevo impuesto al carbono. Suecia también estableció un Consejo de Política Climática que evalúa el cumplimiento de las políticas gubernamentales con sus objetivos climáticos.

Energía

Aunque Suecia es un país altamente industrializado con sectores de alto consumo de energía, como el acero y el cemento, ha logrado descarbonizar masivamente su economía.

Naturalmente, Suecia tiene un gran suministro de viento y agua, y bosques que cubren el 70% de su territorio y que capturan dióxido de carbono. Suecia aprovechó estas oportunidades naturales. Comenzó a reducir los combustibles fósiles en la década de 1970 durante una crisis mundial del petróleo, y eligió ese momento para desarrollar la energía nuclear y establecer aún más la energía hidroeléctrica y eólica.

En términos de generación de electricidad, sus emisiones de gases de efecto invernadero son casi nulas, ¡y el 70% de la energía proviene de energías renovables!

Suecia también ayudó a reducir las emisiones de las industrias de calefacción e intensivas en energía al invertir en sistemas de calefacción urbana alimentados por biocombustibles e incineración de residuos. Los sistemas de calefacción urbana, aunque caros, son más eficientes ya que distribuyen el calor a múltiples casas y áreas industriales en lugar de requerir unidades de calefacción separadas en cada edificio.

Vida sustentable

Los ciudadanos suecos se han involucrado en la toma de decisiones sustentables, como comprar productos con etiqueta ecológica y clasificar los desechos. Según la Comisión Europea, los datos muestran que el 40% de los suecos compraron productos con etiqueta ecológica en julio, más que la media europea. Además, se reciclaron el 88% de todas las latas de aluminio y botellas de PET.

Al centrarse en una economía circular y mejorar las opciones de los consumidores, Suecia es un excelente ejemplo de por qué es importante la educación pública en materia de sostenibilidad.

Desafíos y planes futuros

Desafortunadamente, Suecia se ha enfrentado a desafíos durante la guerra entre Rusia y Ucrania y la COVID-19 para mantener el consumo y la producción sostenibles. Debido a la guerra, el gobierno redujo los impuestos a la gasolina y al diésel y abolió los incentivos para los vehículos eléctricos. Esto provocó un aumento de alrededor de 5 millones de toneladas de emisiones de carbono al año.

A pesar de estos desafíos, el gobierno prometió mantener estas medidas solo a corto plazo y espera hacer que el transporte y la agricultura sean más eficientes, ya que son los mayores emisores de Suecia. El país también espera abordar la pérdida de biodiversidad y los objetivos de igualdad social de los ODS.

Mientras países de todo el mundo luchan por alcanzar los objetivos climáticos, Suecia ha demostrado que la colaboración entre gobiernos, empresas y el público es clave para construir una economía sostenible y abordar los desafíos del cambio climático.

Fuentes: DW, UNFCC, Sweden.se, naturvardsverket.se, IMD